HISTORIAS DE AMOR Y DOLOR DETRÁS DE CADA BOMBILLA.
Una cara
sonriente, un abrazo complaciente, y el amor de Dios, detrás de unos ojos que
han visto la cruz de la eternidad. Así poco a poco fuimos conociendo LA MISIÓN
y el significado de nuestro papel en Colombia.
El Espíritu
Santo ha sabido guiarnos y llevarnos por el camino a andar. Las sorpresas y
respuestas fueron llegando a media que conocíamos cada parada misionera, nunca
podíamos imaginar los recibimientos tan calurosos y afectivos en cada uno de
los puertos, tanto por los Hermanos Francisanos de Colombia, como por los
fieles de cada una de las parroquias. La acogida preveía la gran familia de
Dios que íbamos a conocer.
Este año se
cumplen 40 años, de la presencia Franciscana Conventual en Colombia, con este
aniversario surge un nuevo proyecto al que se llamará “Santa Clara” cuyo
objetivo es crear una comunidad de madres cabezas de familia, que crea y viva
en la luz de la vida y la Fe. Nosotros hemos participado en el visiteo de estas
familias, cada una de ellas tiene su historia de amor, alegría franciscana y
dolor. Hemos estudiado el contexto y la realidad, yendo a cada hogar y conociendo
cada uno de los casos. Historias particulares unidas por la tristeza del
abandono paterno, pero también unidas por la valentía y el amor a su familia.
Nuestra tarea
misionera ha sido la de “estar” y “compartir”, y por su puesto solidarizarnos
con su causa, bajo la visión de Cristo. Hemos descubierto que el amor y la Fe
pueden derribar las barreras encontradas.
Después de haber
vivido esta experiencia en fraternidad con nuestros compañeros y con cada una
de las familias que Dios nos ha puesto en el camino, sentimos que todas las
personas tenemos algo que ofrecer a los demás y todos independientemente del
lugar las circunstancias que nos toque vivir compartimos algo tan inmenso como
Dios.
14 Agosto 2018
Mari Cruz Maiz
Navalón
Arturo Felipe
Ginés Montealegre
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